JUCIL recuerda el alto coste de vidas humanas que ha exigido la defensa de la Constitución

por Redacción Nacional

La asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) desea para mañana un feliz Día de la Constitución a todos los españoles. En esta jornada que conmemora el resultado positivo del referéndum convocado para su aprobación en 1978 y que logró más del 90% de votos favorables. La Carta Magna ha sido desde entonces la base sobre la que se ha construido el estado democrático que ha facilitado, promovido y protegido la existencia de las asociaciones profesionales que hoy defendemos los derechos laborales y sociales de los guardias civiles.

JUCIL, apoyada en la Constitución, basa su tarea en ser una asociación profesional que persigue logros y mejoras en las condiciones profesionales, sociales y económicas de los guardias civiles, como empleados públicos garantes de la ley en una Guardia Civil moderna y adaptada a las necesidades de seguridad que hoy demanda una sociedad avanzada como la española. La asociación destaca en este sentido el alto coste en vidas humanas, también de guardias civiles, que ha exigido desde su promulgación la principal norma del Estado de Derecho, resultado de numerosos intentos de ataque a sus bases y principios. “Han sido muchos los defensores de la Constitución. Una buena parte de ellos vestidos con el uniforme de guardia civil, los que han entregado todo, en algunos casos su vida y en otros, unas heridas que aún los acompañan” afirma la portavoz de JUCIL, Milagros Cívico. 

Sutiles presiones e intentos de acallar las voces críticas

La defensa de la Constitución, como norma que también permite a los guardias civiles estar asociados en la defensa de sus intereses legítimos, vive unos tiempos convulsos que llevan a JUCIL a recordar aquellos tiempos oscuros en los que el asociacionismo estuvo perseguido, incluso penado con cárcel.

Frente a eso, JUCIL busca que esta asociación sea una herramienta eficaz tanto para la consecución de mejoras laborales y sociales, como la equiparación salarial con las policías autonómicas o la modernización de la carrera profesional de todos los guardias civiles. Apoyados en ese objetivo reclamamos, como un principio amparado en la Constitución, el derecho a la crítica constructiva, a la libertad de expresión dentro del respeto, escrupuloso, a la neutralidad con la que debemos y acometemos nuestro trabajo como guardias civiles. Una neutralidad que no está reñida ni limita nuestro derecho como ciudadanos, como asociación, a la libertad de expresión de forma individual o colectiva.

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