Luka Doncic, el base esloveno-madridista de Dallas, a punto de cumplir 25 años, apunta claramente y por primera vez en su carrera a ser el MVP de la NBA en este recién iniciado año.
Y es que lo que los americanos llaman narrativa le favorece en esta campaña para alzarse con este galardón frente al serbio Jokic, lesionado esta madrugada, el camerunés Embiid, también de baja, el griego Giannis, el canadiense Shai o el estadounidense Tatum.
La narrativa alude a elementos diferenciadores que debe cumplir el elegido. Entre ellos no haber conseguido ese título todavía, ser joven, tener carisma, y, sobre todo, ser el líder de un equipo ganador que esté como mínimo entre los 10 o 12 mejores de la temporada regular.
Doncic acumula ahora mismo los mejores numeros de su carrera, 33,7 puntos por encuentro, segundo de la liga, 9,2 asistencias, tercero de la campaña, 4 triples por match, segundo de la competición y 8,2 rebotes.
Lo hace con mejores porcentajes de tiro que en pasados ejercicios y sus Dallas están hoy en puestos de play offs.
Además, ha mejorado en sus dos talones de Aquiles, su antaño mediocre defensa y también en sus pérdidas de balón.
Muchos especialistas empiezan a barruntar desde hace semanas que al esloveno ya le toca ganar el MVP. Ha sido miembro del mejor quinteto de la liga regular en 4 de sus 5 años en la competición y también 4 veces All Star en ese periodo, algo que cuenta con muy pocos antecedentes en la historia de la liga.
¿Qué definirá la balanza al final? Que el esloveno continúe a este ritmo, que no se lesione y que sus Mavericks no pierdan muchos partidos.
Sería el cuarto europeo en lograr tal hazaña tras Nowitzky, Giannis y Jokic, algo impensable en los tiempos de los Epi, Petrovic o Sabonis.
Toca esperar unos meses, pero ese posible MVP tendría un enorme mérito para un chaval nacido en un país del tamaño de Galicia, que no es ningún superatleta y que por momentos, como dijo el otro día el gran entrenador Popovic, parece haberse comido un par de donuts de más. Pero, en ocasiones, como en esta, el talento puro y duro se impone a cualquier otra variable.