Andan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad españoles de un permisivo más que preocupante: Dejan que Espe corte una calle con un coro de gente detrás rezando el Rosario, permiten que les vacile Ortega Smith a un centímetro de la visera del casco, no es la primera vez que toleran una «rave» como la de Murcia porque, dicen, sería peor el remedio que la enfermedad si hubiesen optado por desalojarla. O mucho ha cambiado el cuento, o me he perdido algo desde que desembarcaron en Catalunya, en un barco con la inocente cara de dibujo animado de Piolín, a repartir estopa a dos manos contra gentes que estaban haciendo algo tan peligroso y tan poco democrático como lo era meter un papelito en una urna.
La última ocurrencia de quién fuera miembro de Fuerza Nueva y que, ahora, una vez que manifiesta haber visto la luz de la democracia y vive a cuenta de La Liga (el ultra Javier Tebas), no ha sido otra más que homenajear a la Policía Nacional en los campos de fútbol con motivo de su bicentenario. Y pretenden hacerlo bajo el lema «Siempre en tu equipo. Siempre contigo».
Bueno, eso de «siempre en tu equipo y contigo» imagino que no se referirá a cuando esa Policía vestía uniformes grises, luego marrones, pero el caso es que la Policía Nacional cumple este sábado 200 años y La Liga y los clubes llevarán a cabo un homenaje en su honor durante esta jornada. Se desarrollarán una serie de actividades de forma conjunta. Así, entre las acciones que se llevarán a cabo durante los partidos se incluye un saque de honor en muchos de los encuentros, que estará realizado por dos policías nacionales vestidos con la uniformidad de trabajo reglamentaria. Además, en los videomarcadores podrá verse el mensaje conjunto de La Liga y la Policía Nacional «Siempre en tu equipo. Siempre contigo», que también será visible en la señal televisiva española.
Tebas, pese a su ideología ultra, no es una persona poco preparada. Así, aprovecha el tablero de juego con sus reglas haciendo coincidir sus propósitos, sabiendo que el Barça no jugaba en casa del Girona (o viceversa), que el Alavés jugaba -y ganaba- en Sevilla. De hecho, tanto el Osasuna como, como los blaugranas, no disputaba competición liguera por aquello de haber participado en la Supercopa de Arabia Saudí que, como todos sabemos, es un país referente en la garantía de los Derechos Humanos, las libertades y la democracia, aunque todo eso brille por su ausencia. Pero es igual. Un show a cambio de dinero organizado en una dictadura donde se sigue ahorcando al disidente, donde la mujer no puede conducir un simple coche sin estar acompañada por un varón, o donde el régimen teocrático, si es pertinente, puede llegar a asesinar y trocear a un periodista por el mero hecho de contarnos lo que ocurren en su país.
Volviendo al asunto, La Liga de Tebas no ha podido impedir el cruce del Campeonato a disputar hoy entre el Athletic Club y la Real Sociedad. Y, aquí, nos encontramos, como en la «rave» de turno, en el mismo momento en el que no se ha podido evitar la polémica. La medida se ha hecho viral en redes sociales, especialmente por un astuto movimiento que ha protagonizado el Athletic Club para evitar que un policía español haga el saque de honor en San Mamés. Por ello, tal y como anunció el Athletic Club en un comunicado, Joseba Iraola realizará hoy el saque de honor en el derbi ante el La Real. El piloto de rallye de Balmaseda (Bizkaia) es el reciente campeón de Europa en la modalidad de montaña con la Euskal Selekzioa (Selección Vasca).
Al menos, por estos lares, a alguien se le ha encendido la lucecita y ha optado por el sentido común. No hablo de los años 70 si digo que a aficionados del Athletic se les ha llegado a requisar ikurriñas antes de acceder, por ejemplo, al estado valenciano de Mestalla: Hablo de hace dos años. Y hablo de ikurriñas que, si nos ponemos estupendos, para una Policía Nacional española debería ser un símbolo tal, legal -constitucional- como lo pude ser la artificial bandera de la artificial Junta de Comunidades de Castilla-León.
Pero sí hablo de los años 70, de los 80, y los 90, cuando en San Mamés se cantaba desde lo de «arriba-arriba» a lo de «Carrero voló». No, desgraciadamente, no soy un crío porque, aunque no lo parezca por mi excelente aspecto físico y mi constatable hermosura, tengo 55 años. De este modo, eso que, ahora, algunas «mentes pensantes» (que probablemente vivan de ese cuento chino) vienen a definir como «cánticos corales» algo que, para ellos, viene a vulnerar su «Ley-invento» contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte.
No sería necesario que lo dijese, pero, por si los dípteros, por supuestísimo, rechazo la violencia, la xenofobia, el racismo o la homofobia en el deporte o en cualquier otra parte, pero he oído esos «cánticos» toda mi vida y nadie se dedicaba a sancionar a nuestro Athletic Club ni, mucho menos, a socias o socios identificados por las tropecientaypicomil cámaras instaladas ad hoc. De hecho, me parece un exceso tanto recorte en las libertades individuales plasmadas en una supuesta Carta Magna a la que tantas veces hace referencia el hijo del heredero de Franco en sus discursos de Navidad… La «majestá» del propio Tebas. Sin ir más lejos, en el último discurso de churrera citó el palabro «Constitución» 18 veces tan solo en 12 minutos y 29 segundos.
¿Tenemos menos libertades que hace 30 años? Evidentemente sí. Y, encima, existe quien ha hecho un negocio redondo a cuenta de eso, del buenismo y de lo políticamente correcto. Tampoco nos despistemos y permitamos que metan todo en el mismo saco por las preferencias políticas de a quien se le ocurren la mayoría de los dislates, de forma particular, ceñidos al mundo del fútbol: Tebas Medrano.
De hecho, aún estoy esperando qué alguien me explique con el mínimo criterio jurídico qué artículo de la precitada Ley 19/2007 se infringe o trasgrede, por ejemplo, al exhibir en un campo de fútbol una bandera de Palestina, motivando, con ello, sanciones a la colectividad de un Club de fútbol concreto o, como ha ocurrido recientemente, a quién a título personal se le ha incoado un expediente administrativo. O todas, o ninguna porque, al parecer, la bandera de Israel es consentida cuando no lo es otra bandera igual de legal e igual de reconocida por la Comunidad Internacional. Si alguno de esos redactores de leyes parciales se diesen una vuelta por la sede de Naciones Unidas, verían las dos enseñas ondeando en sendos mástiles y a la misma altura.
Pero no nos despistemos, que estamos hablando del bicentenario Policía Nacional que solo se celebra en España. Yo les voy a hacer mi particular homenaje reproduciendo unos fotogramas de muy baja resolución debido a la calidad de unas imágenes de televisión ochenteras. No había otras más que las analógicas.
En concreto, vamos a ver a un tal Valentín, del barrio de Repélega (Portugalete), sorteando en el césped del viejo San Mamés a una docena de uniformados de los que hoy pretendía homenajear Tebas. Y, tras un partido ante el Barça que suponía la eliminación del Athletic en el Campeonato de Copa (perfectamente saqueado por el árbitro García de Loza), le vemos zigzagueando delante de esos que hoy nos dicen «Siempre con tu equipo, siempre contigo». Era el mes de abril de 1986 y su carrera de obstáculos fue jaleada por 35.000 athleticzales que, también, entonaban algo que ahora puede ser denunciado como «cánticos corales»:
«Que se vayan, se vayan, se vayan… Que se vayan de una puta vez… Que se vayan, se vayan, se vayan… Que se vayan para no volver… Adiós, tricornios, Grises también… Iros a España, Iros a España que allá estáis bien»…
¿Sería denunciable hoy en día como grito o cántico ofensivo que incita al odio y a no sé qué coño niño muerto? Pues probablemente sí. Involucionamos a pasos agigantados. Yo lo cantaba con menos de 20 años, aunque espero que, por esta confesión pública, no me sea aplicado ese absurdo articulado con carácter retroactivo, aunque, bien pensado, imagino que mi «delito» estaría prescrito. O no… Con estas gentes nunca se sabe.
En buena hora no le ha coincidido ese bicentenario de la Policía Nacional a Tebas un 3 de marzo con una Alavés-Athletic Club en Medizorroza porque, literalmente, se iban a inflar a sancionar a gentes que reprodujesen los «cánticos corales» de 1976. Desde «Atención, atención, Martín Villa es un cabrón», hasta la de Franco, su culo blanco, La Collares y el Ariel.
En serio. ¿Sancionaban, entonces, a alguien por eso? Pues no. Ahora puede que sí: Es como una especie de Regreso al Futuro-80 pero sin el DeLorean.
Y, porque lo prometido es deuda, os dejo con Valentín, el de Repélega: