Augusto César Lendoiro: “Mella hace mejor al Dépor” 

por Augusto César Lendoiro

Después de un 2023 para olvidar, nos hemos ilusionado con un inicio de 2024 que confirma que todo está abierto, que el equipo más fuerte para el ascenso directo es el Depor. 

Lo dejó patente una Ponfe, con muy buenos números, pero con un juego ramplón. Me defraudó por completo. Parecía otro Nastic, Real B… líderes en distintos momentos de la liga, pero, como Celra B y Cultural, años luz de nuestra plantilla. 

Pienso que somos los máximos favoritos, a pesar de la nefasta primera vuelta. En una sola jornada hemos recortado tres puntos y el gol average al líder y reducido sustancialmente la diferencia con el resto de rivales. La victoria que necesitamos mañana en Vigo, nos pondría el gran objetivo al alcance de la mano. 

Para conseguirlo, quizás sea oportuno darle un curso acelerado de “sentidiño galaico” a Fernando Soriano. No se puede anunciar que tienen que salir varios centrocampistas y despedir, quizás por ser lo más sencillo, al portero, a Ian Mackay. 

Una decisión que terminó de despistar a una afición que está perpleja. Se filtran posibles fichajes en banda derecha, enganche, media punta, lateral izquierdo… pero nadie habla -ojalá sea para no descubrir las cartas- del delantero. A falta de cinco días de mercado, y cuando el trabajo de Soriano y el máximo esfuerzo económico deberían volcarse en la llegada de un hombre gol, el DD se despista tratando de incorporar un extremo derecho cedido. 

Suenan con fuerza dos jugadores muy jóvenes, zurdos, pero para jugar por la derecha, Quintero, del Villarreal y Yeray, del Santander. 

No deja de tener su gracia, que, si en ese casting incluyésemos a Mella, tendríamos trillizos. Dejémonos de experimentos. Otro Pablo Muñoz, no. David es de la casa, internacional, y ya ha demostrado su valía por la derecha. ¿Tan pronto nos hemos olvidado de su aportación ante Arenteiro y Ponfe,? Hoy es la ilusión de miles y miles de deportivistas que lo ven como la gran esperanza blanquiazul. Como se le pedía, ya tiró la puerta abajo. ¿Le vamos a exigir al chaval la demolición de Riazor? 

Mella sólo precisa de la confianza de Idiaquez. En sus primeras oportunidades por la derecha ayudó, y mucho, a solucionar encuentros muy complicados, pero habrá ocasiones en las que no esté tan brillante o incluso falle más de lo normal. Será entonces cuando precise del apoyo real del técnico. 

Mella y Yeremay, para mí por este orden, están llamados a ser los dos puñales del Depor. Si se les utiliza bien pueden volver locos a las defensas rivales alternando sus posiciones. No inventemos un problema con la llegada de Quintero o Yeray. 

Si yo participase en la decisión diría “quitallos que chos pon”. Caprichos los justos. No es bueno que vengan. Si llega uno de ellos, que no se vuelva a presumir de cantera. Si Mella no da el nivel ¿quién lo va a dar? 

A mi admiración por las condiciones del chaval, se une el paralelismo con su padre, jugador del Deportivo en mis dos años iniciales como presidente. Tanto Gonzalo, como David, llegaron en edad juvenil al club. Ambos, es curioso, sufrieron lesiones de pubis, y jugaron en Fabril y Deportivo. Los dos debutaron muy jóvenes con el primer equipo. Gonzalo, con 20 años, en Granada, de la mano de Rodriguez Vaz, el mismo día que José Ramón. David debutó siendo juvenil, y apunta, seguro que Gonzalo me perdonará, mucho más alto que su progenitor. 

El primero que me habló de Mella fue Fernando Vàzquez. En su última etapa como entrenador del Deportivo -tardaremos en dejar de pagar una de las peores y más injustas decisiones tomadas por el club- estaba entusiasmado con un rapaz de apenas 15 años, que ya destacaba entre los mejores de la cantera. 

Mella me encanta. Es un extremo de los de antes. Un zurdo rapidísimo que tiene trabajo, desborde y gol. Una pesadilla para cualquier defensa. 

Esperemos que Idiakez le dé la confianza que necesita y merece. Pienso que estamos ante un muy aceptable extremo derecho y un extremo izquierdo de lujo. Algo que, creo, nunca hemos tenido salido de la base. Un mini-Gento, que ojalá disfrutemos muchos años en Riazor. 

Mella hace distinto al Deportivo. El Depor, con Mella, es mejor. Y es nuestro. 

Comparte éste artículo
Escribe tu comentario