Cena+fados en Brasas SusiAlves de Santa Cristina de Oleiros, La Coruña. Por Carlos Brea

por Carlos Brea

Escritor y Cronista gastronómico

«Érase una vez…» así comienzan los cuentos que perduran en el tiempo.
Intentaré contaros, estimados lectores, que seguís mis crónicas gastronómicas con puntualidad y persistencia, cosa que agradezco mucho, lo que ayer vivimos las personas del grupo de Historia en una brasería elegante y divertida sita en la playa de Santa Cristina.
El evento consistió en una pantagruélica cena deliciosa, abundante y festiva, amenizada por un Grupo de fadistas excelentes que interpretaron los fados más populares de nuestro querido vecino país, Portugal. Os los quiero presentar: Daniel Gonsalves, a la guitarra portuguesa; Juan Peralta, a la viola de fado; Roi Cunha solista masculino y Sara Sousa la voz femenina más apropiada para la tonalidad que merece el fado portugués.
La palabra «fado» de idioma portugués se corresponde con la palabra «destino» en idioma español, que es lo que significa.
Este tipo de Cantares populares provino inicialmente de las sensaciones de los que llegaban a la metrópolis de Lisboa provenientes de las colonias portuguesas que tenía el gran Imperio del país vecino y hermano, en lugares como Angola, Brasil, Mozambique, etcétera; canciones y sensaciones importadas a los puertos de mar en Lisboa, Oporto, a donde arribaban aquellos primeros barcos llenos de negros esclavos y blancos esclavistas, facendados, terratenientes ricos, comendador es y negreros para las haciendas portuguesas y brasileñas. Si tenéis la ocasión de ver la telenovela brasilera XICA DA SILVA, de éxito mundial, os haréis una idea del ambiente que os describo.

Las primeras letras de los fados expresaba desarraigo, añoranza, recuerdos, emociones fuertes, amores y desamores, celos, venganzas y desgracias. Estas canciones nacieron en el barrio de Alfaro y eran el canto popular urbano lisboeta, y ahora comienza mi ‘érase una vez…’ que espero sea interesante su lectura para ti, lector avispado, que te gusta saber mucho y más acerca de los personajes y paisajes que nos rodean tan próxima como es la Nación portuguesa, que en un momento de la Historia fue un imperio tan grande que abarcó todo el planeta, por mor de la boda de Felipe II, el hijo del gran Carlos I de España, V de Alemania, nieto de los Reyes Católicos y del emperador Maximiliano de Austria, boda que se celebró con la reina portuguesa Isabel, que según se cuenta era la reina más bella de toda Europa en aquel momento y así se unieron bajo la Corona de España y Felipe II los dos reinos, el de España y Portugal en uno, que fue cuando más prosperó la civilización occidental cristiana Europea; pues érase una vez una cantante y guitarrista llamada María Severa cuyo oficio era ser la ‘madama’ de una taberna del puerto en donde ejercía de cantante y prostituta; se dice que era graciosa y agraciada, bella y educada, con una voz deliciosa que cautivó al conde de Vimioso -que fue su amante durante toda su vida-, y a él le cantaba la tristeza, el amor, el desamor, los celos, las desgracias de su vida al no poderla vivir en paralelo a la de él, debido a la alta posición de éste, terrateniente rico, que viajaba a sus posesiones en las colonias portuguesas y recalaba ávido entre los brazos y las piernas de su divina amante entre caricias, amores y atenciones de tan deliciosa dama que fue María Severa que ostenta el mérito histórico de ser la primera cantante de fado portugués, como así consta de la historia de la música del fado.

Y sigo con el ‘érase una vez’ porque otra de las anécdotas que sustancian la historia del fado es que enterada la monarquía de que un carpintero de ribera, un simple maderista que fabricaba barcas era el mejor cantante de fados del Imperio portugués fue llamado este por el rey a la corte Real a interpretar esos fados que le salían del alma. Cuando el carpintero cantante llegó a esos palacios deslumbrantes y le tocó actuar ante la monarquía, se sintió cohibido ante tantas luces que sobre el escenario le habían puesto para verlo y oírlo, ante esto le pidió al organizador apagar todas las luces para cantar estas canciones, que se evocan desde el alma y necesitan el ambiente adecuado para transmitir los desamores y desgracias del fado, que a la postre es una canción melancólica y romántica, el encargado del atrezzo de la actuación musical se negó a apagarle las luces a los reyes, lógicamente, pero le solucionó la papeleta al carpintero cantante cuando lo rodeó de botellas vacías en cuyo cuello colocó sendas velas encendidas… ello a través del tiempo derivó en que (como se ven las fotos de este reportaje crónica gastronómica cultural) los cantantes de fados interpretan sus canciones a la luz de las velas emulando las actuaciones ante los reyes que se celebraban en palacio

y que hoy celebramos en Brasas SusiAlves con la misma solemnidad, alegría, confort, entusiasmo y prestancia, como si fuéramos auténticos reyes y reinas en la corte Portuguesa oyendo a estos maestros de las guitarras y del canto.

Susi Alves y Carlos

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado… de momento, porque ya está anunciada la nueva cena-fados para el próximo día 27 de marzo a las 8 de la tarde.

En esta nueva ocasión se recomienda prontitud para hacer la reserva y asistir al evento, ya que como se ve en las fotos siempre que se celebra cena-fado hay un lleno total y algunas personas quedan fuera de donde algunos privilegiados que asistimos a esta maravillosa cena estilo portugués, arropados con las bellas canciones del país vecino.

El menú consistió en langostinos, croquetas de bacalao, vitela y bacalhau grellhao, con tarta susialves, cafés, infusiones, vinos portugueses y españoles LAS MURALLAS, vino Oporto COROA, en alta calidad, sabor, cantidad, precio y calificación total de sobresaliente.
Los fados fueron un deleite cultural para el alma.

TELÉFONO PARA RESERVAR. 699977216.

«La música es la única medicina para el alma».

¡SALUD, MÚSICA, DIVERSIÓN, ALEGRÍA, LIBERTAD!
“En la música es acaso donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural.” Edgar Alan Poe.

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