El equipo coordinador de Red Acampa última estos días el programa de la que será la octava edición de sus Encuentros Internacionales. El objetivo, invitar a la ciudadanía a reflexionar sobre la violencia, los miedos y la muerte a la que se enfrentan millones de niños y niñas que permanecen en territorios en guerra, atrapados por el hambre, la sequía, los desastres naturales… En definitiva, a entender por qué caminan a la procura de refugio, soñando con un futuro posible
La realidad se impone. Si el tema troncal sobre el que discurrirá el Encuentro Internacional Acampa por la Paz 2024 (del 7 al 9 junio, en A Coruña) es la «Infancia y Juventud Refugiada», cómo no mirar hacia Gaza, hacia Ucrania, hacia la frontera sur, hacia Afganistán, Yemen… El equipo de coordinación de Red Acampa última estos días el programa de lo que será la octava edición de esta cita reflexiva sobre los DDHH y el Derecho a Refugio, una propuesta que desde 2017 se celebra anualmente en A Coruña y que convierte a la ciudad en un referente nacional del periodismo humanitario y del compromiso en la defensa de los DDHH.
Seleccionar la que sería la imagen del cartel anunciador de Acampa2024 fue muy fácil. El fotógrafo palestino Majdi Fathi regala el mejor resumen de la desolación y la esperanza al tiempo, al fotografiar a ese niño salvando de los escombros sus libros y libretas, agarrándose a la normalidad y al futuro arrebatados por las bombas israelitas que convirtieron en escombros toda su vida, enterrando en apenas segundos su infancia.
Durante tres días, los Jardines de Méndez Núñez serán el espacio en el que se confirme de nuevo que A Coruña es una ciudad sensible al dolor humano. Especialistas, activistas, fotógrafos y fotógrafas especializadas en Periodismo Humanitario, ONGs, documentales, música…conformarán el programa de ACAMPA2024. También habrá de nuevo lo que es ya su seña de identidad, un campo de personas refugiadas simulado que, en esta edición nos permitirá entender cómo están actualmente millones de personas desplazadas dentro de la Franja de Gaza, sobreviviendo sin agua, sin comida y sin pertenencias bajo los ataques y el acoso permanente de Israel. Las siete exposiciones que en la presente edición están programadas continuarán en las calles hasta el 30 de junio.
En shock emocional, sin derecho a ser niños, criminalizados
Los datos de ACNUR del año 2023 son alarmantes. La cifra de personas desplazadas forzosas supera ya los 114 millones de personas. La mitad de esa cifra son niños y niñas menores de 18 años, una infancia vulnerable constantemente en tránsito. En muchas ocasiones llegan sin familia, o la pierden en el proceso migratorio, están enfermos, en shock emocional, son criminalizados, se ven obligados a renunciar, durante años, a su derecho a escolarizarse, a aprender… En definitiva, a crecer como debe hacerlo cualquier niño. Las organizaciones humanitarias que trabajan en muchos de los campos y espacios de atención y acogida –Sudán, Bangladesh, Afganistán, Siria, Gaza, las islas italianas y griegas, las Canarias, Ceuta, Melilla, el paso del Darién, la frontera entre México y EEUU…- alertan desde hace años de los riesgos que corren en esos tránsitos: deterioro de su salud tanto física como mental, secuestros, explotación sexual, tráfico de órganos…
Red Acampa por la Paz y el Derecho a Refugio quiere ser, de nuevo, el altavoz para la reivindicación colectiva que exija acciones urgentes, a nivel internacional, imprescindibles para minimizar el daño y para facilitar la incorporación de esa infancia y juventud, cuánto antes, a una vida digna. Cada día somos testigos de cómo los menores no acompañados se convierten en moneda de cambio, en piedra de toque, en ‘armas humanas’, en un problema que dentro de cada país receptor nadie quiere resolver seriamente apostando por políticas públicas tan necesarias y urgentes como posibles.
Este Encuentro Internacional, mantiene Red Acampa, debe servir para que la sociedad civil levante la voz y exija a los gobiernos la garantía de una legislación específica que asegure la protección de los derechos de la infancia y la adolescencia, en el marco legal y regulatorio de los Derechos Humanos. «No podemos seguir normalizando las devoluciones en caliente o la transferencia de nuestra responsabilidad en la atención migratoria, externalizando las fronteras y pagando con nuestros impuestos a estados antidemocráticos para que actúen como auténticos matones, violando los Derechos Humanos por sistema», concluyen.