El artículo: Cuando tu corazón no es de aquí… Por Miguel Abreu

por Miguel Abreu

Miguel Abreu

Te entregas a la vida vivida, porque el sueño es lo que te lleva siempre más lejos, hasta el día en que toques el horizonte. Esa adaptabilidad sincera y genuina, que viene del corazón, hace muchas veces revolver las tripas. Pero, al final de cada camino, cuando la luna te visita, incluso avergonzada, tú vas a tener la certeza de que has vivido.

Eres libre, puedes optar por mil y un caminos, pero con la certeza, sin embargo, de que solo un camino nos hace ser una humanidad edificante. Claro que el sufrimiento, la tristeza y la nostalgia se hacen presentes. ¿Qué sería la vida sin ellos? ¡Con seguridad, no sería una vida cuya esencia es el amor!

Nos asusta salir, dejar el lugar de confort. ¿Eso es vivir la plena libertad? ¿Cómo se puede vivir la tan llamada y deseada libertad sin querer asumir la responsabilidad y vivirla de forma recíproca? ¡Es lo mismo que estar preso! La fragilidad y finitud de la persona humana son características fundamentales para el desarrollo de una humanidad más humana. El mayor riesgo de la persona humana es llegar al final de la etapa y no haber vivido.

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