Lipoproteína (a): un tipo de colesterol que se hereda, aumenta el riesgo cardiovascular y afecta a 1 de cada 5 personas en todo el mundo

por Redacción Nacional

Hoy en día no existen opciones de tratamiento que actúen directamente sobre los niveles de lipoproteína (a), por lo que su manejo pasa por el control global del resto de factores de riesgo cardiovascular

Con motivo de la conmemoración el próximo 24 de mazo del Día de la Lipoproteína (a), la Asociación de Cardiología Preventiva de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) quiere concienciar sobre la lipoproteína (a), un tipo de colesterol que, aunque de forma aún poco reconocida, es un factor de riesgo genético de enfermedad cardiovascular.

Las lipoproteínas son sustancias que transportan el colesterol en sangre. Hay dos tipos principales: las lipoproteínas de alta densidad, también conocidas como colesterol HDL, y las lipoproteínas de baja intensidad, que se conocen como colesterol LDL. Como explica la Dra. Mª Rosa Fernández Olmo, presidenta de la Asociación de Cardiología Preventiva de la SEC: “La lipoproteína (a) es un LDL al que se le añade una proteína, la apo (a), que le da unas características especiales, entre ellas que se herede y que intervenga en procesos proinflamatorios y protrombóticos, así como incrementar de forma precoz el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio o accidente cerebral vascular isquémico”.  

Sin embargo, como detalla la especialista en cardiología, la lipoproteína (a) no responde a las estrategias típicas de reducción del colesterol LDL, como la dieta, el ejercicio físico o la medicación para reducir los lípidos. “La cantidad de lipoproteína (a) en sangre viene determinada genéticamente y varía poco a lo largo de la vida. Sabemos que una de cada cinco personas la tienen elevada”.

¿Cuándo está elevada y cómo reducir el riesgo?

Cuando los niveles están por encima de 50 mg/dl se sabe que empieza a aumentar el riesgo cardiovascular. 

La dieta y el ejercicio no afectan a los niveles de lipoproteína (a) y las opciones de tratamiento para reducirla son limitadas, aunque hay algunos ensayos clínicos en marcha. Por esto, las guías de práctica clínica recomiendan usar fármacos para bajar los niveles de colesterol LDL en todas aquellas personas con la lipoproteína (a) elevada.

Como no existen opciones para actuar directamente sobre la lipoproteína (a) el objetivo es controlar el resto de los factores de riesgo cardiovascular y mantenerlos a raya. Además de bajar los niveles de colesterol hay que seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio físico de intensidad moderada de forma regular, evitar la obesidad y el sobrepeso, no fumar, y controlar los niveles de presión arterial y glucosa en sangre.

La importancia de medirla

Precisamente, la Asociación de Cardiología Preventiva de la SEC expone que la lipoproteína (a) no se mide de forma rutinaria en las analíticas y, sin embargo, es importante hacerlo porque una persona puede tener niveles de colesterol total normales y aun así tener elevada la lipoproteína (a).

Además, en caso de que una persona tenga elevada la lipoproteína (a) debe comunicarlo a sus familiares (hermanos, padres, hijos) para que estos puedan hacerse un análisis y conocer su situación. 

En la última reunión de la Asociación de Cardiología Preventiva de la SEC se llevó a cabo la determinación de la lipoproteína (a) de todos los asistentes como medida de concienciación entre los profesionales. De las 170 determinaciones (101 mujeres y 69 hombres), el 89% tenía la lipoproteína (a) por encima de 50 mg/dl y el 2,9% por encima de 90 mg/dl.

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