¿Qué significará para la sociedad las próximas comisiones de investigación sobre mascarillas? Por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

  • Licenciado en Derecho.
  • Certificado-Diploma de Estudios Avanzados. (Fundamentos de Derecho de la U.E. y problemas actuales en el ámbito del Derecho Público).
  • Licenciado en Ciencias Políticas.
  • Caballero de Mérito por Real Orden Noruega

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Supongo que la mayoría de Uds. ya conocen que a partir del próximo lunes se encuentra previstas unas Comisiones de Investigación, junto a la elaboración de listados con 134 comparecientes, prevista su presencia a lo largo de los próximos meses.

Ya observaremos, llegado el momento, aquello de: “ni son todos los que están ni están todos los que son” (apuesten por ello).

La frase se refiere metafóricamente a las personas que se exponen con frecuencia a situaciones de riesgo y que (tarde o temprano) sufrirán las consecuencias de sus actos.

Otrora, la “Kafkiana” sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados el pasado miércoles 12 de marzo, sobre la cual les escribía en estas páginas el artículo titulado: “Profundos declives institucionales con realidades evidentes”, con presuntas controversias que salpicaban al Gobierno y al PP. 

Cabría preguntarse, previamente a estas comparecencias, si la creación de una Comisión de Investigación supondría alguna novedad sobre lo ya conocido, o bien, una repetición de lo acontecido el mes pasado. ¿Habemus Dogma de Fe?

De forma ortodoxa, supone indicar que el cometido de las Comisiones de Investigación Parlamentarias consiste en herramientas importantes en democracia, imparciales y objetivas, debiéndose utilizar para examinar asuntos de interés público.

Ciertos principios políticos, si se aplican, podrían ofrecer garantías detalladas. Sin embargo, debido a las limitaciones de espacio, resulta complicado abordarlos exhaustivamente sin agotar la paciencia del lector.

Estaremos de acuerdo con aquellos de Uds. que opinen que surgirán discursos por ambas partes que conlleven el peligro de las sutilezas del lenguaje, es decir, lograr convencer a alguien, gracias a la habilidad y maneras “sofistas” de nuestros políticos.

Pero tampoco habría que echar “en saco roto”, la definición de nuestra RAE referente a la definición de “sutileza”: Dícese del dicho o concepto excesivamente agudo y falto de verdad, profundidad o exactitud.

También, les comentaba recientemente, en Artículo: ¿Cuál será la próxima necedad jurídico/política?, que los autores debemos obtener conclusiones mediante Observaciones Empíricas en el campo de la Ciencia Política, para comprender cómo funcionan sus Estructuras, Instituciones y el comportamiento político en general.  

Por ejemplo, dichas observaciones resultarían fundamentales como elementos esenciales en la recopilación de datos, los cuales proporcionan a mi juicio, una base sólida para la toma de decisiones basadas en la evaluación de éstas, e identificación de problemas para el desarrollo de teorías políticas.

Además, fomentan la transparencia y, finalmente, la rendición de cuentas en el proceso político, lo cual es muy importante, para no caer en errores o espejismos.

He aquí pues, hemos encontrado unos antecedentes perfectamente identificados con otras Comisiones de Investigación publicados en LA NUEVA ESPAÑA, en que dichas Comisiones existieron, y no hace tanto.

Según dicho Medio, en democracia, hubo un tiempo no muy lejano en que las comisiones de investigación estuvieron de moda. Se constituyeron 27 comisiones de investigación, incluyendo las llamadas comisiones de encuesta de la primera legislatura y la constituyente.

En el pasado, por la de la presunta financiación ilegal del PP desfilaron más de 50 comparecientes y llenó titulares durante casi dos años, pero entre medias llegó la sentencia judicial de Gurtel. (2022).

Lógicamente, resulta difícil encontrar exactitudes en los casos acaecidos, pero si hay factores comunes para tener en cuenta a través de una serie de irregularidades y escándalos financieros que condujeron a investigaciones sobre gestiones de varios que se vieron acusados, sin ningún ánimo peyorativo.

La Comisión de Investigación sobre el Patrimonio Mariano Rubio quien fue Gobernador del Banco de España en 1989, se estableció para examinar su papel en los eventos financieros durante su mandato. El objetivo era determinar si había cometido alguna negligencia o irregularidad en su gestión como Gobernador del Banco de España. Aunque Rubio no fue directamente implicado en el caso, su gestión como Gobernador del Banco de España durante ese período fue objeto de entredicho.

Los resultados de la misma fueron importantes para comprender las circunstancias que rodearon la crisis financiera en España durante ese tiempo y para determinar cualquier responsabilidad que pudiera tener Rubio, (fallecido 1999), en los eventos que ocurrieron bajo su liderazgo.

Uno de los casos más destacados fue el caso Ibercorp, una entidad financiera que quebró en 1991, generando una grave crisis económica en España.

Finalizando, las Comisiones de Investigación Parlamentarias sobre el papel, pueden desempeñar acciones importantes en la supervisión del gobierno y la rendición de cuentas, pero de dudosa efectividad, al depender en gran medida de cómo se llevan a cabo y utilizan resultados, pero sin olvidar otros antecedentes.

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