ATME reclama soluciones para los veteranos de las Fuerzas Armadas, abandonados por el ministerio de Defensa

por Redacción Nacional

Cuando se deja de ser militar o de prestar servicio activo en las Fuerzas Armadas, se pasa a ser prescindible y el olvido se cierne rápidamente sobre el servidor público, especialmente si esto va a suponer un desembolso económico.

Lamentablemente, el trato que dispensan y han dispensado los gobiernos de este país y la sociedad a estos veteranos no es comparable al ofrecido en otras Fuerzas Armadas de nuestro entorno.

Esto se puede comprobar con dos claros ejemplos, el personal de carrera que pasa a la situación de reserva y el personal temporal que por motivo de la edad finaliza el compromiso de larga duración, pasando a denominarse Reservista de Especial Disponibilidad o más coloquialmente «RED».

Fue a finales de 2020, gracias a las reivindicaciones de las asociaciones profesionales militares, que se consiguió acabar con la aberración que suponía que los militares de carrera en situación de reserva al cumplir los 63 años vieran disminuido su complemento de disponibilidad, lo que se sumaba a la perdida retributiva que ya se les había causado al tener que pasar a esa situación administrativa por imperativo legal.

Fueron necesario más de 15 años para que el ministerio de Defensa, que no había realizado ningún movimiento para atajar esta discriminación, modificara el Real Decreto 1314/2005 por el que se aprobaba el Reglamento de Retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas.

Hoy en día podría parecer que esta pérdida retributiva al pasar a la reserva solo afecta a los militares de tropa y marinería, ya que solo ATME está reivindicando este asunto; pero dentro de unos años, cuando ya no asciendan a teniente los suboficiales que obtuvieron el empleo de sargento antes de la entrada en vigor de la Ley 17/1999 de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, se verá aumentar el número de afectados de forma significativa.

Por poner un ejemplo, un cabo mayor en la reserva con más de cuarenta años de servicio estaría perdiendo anualmente unos 4.700 € brutos o, si hablamos en dinero neto, 3.300 €.

La otra situación sangrante, a la cual el ministerio de Defensa también hace oídos sordos, como ha demostrado ante diversas propuestas de ATME, es la situación de los Reservistas de Especial Disponibilidad procedentes de la Escala de Tropa y Marinería.

Esta figura fue creada en el año 2006, mediante la Ley de Tropa y Marinería, fue el resultado del déficit de este personal que se estaba produciendo en las Fuerzas Armadas, debido a las bajas tasas de reclutamiento, las rescisiones y no renovaciones de compromiso. Tal ley establecía que la asignación de disponibilidad sería de 7.200 € al año, distribuida en 12 mensualidades de 600 €, que se mantendría hasta los 65 años de edad.

Como se puede comprobar, era una asignación superior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del año 2006, 540,90 € mensuales, y con una finalización correspondiente a la edad de jubilación en aquel año.

La situación con el paso de los años ha cambiado, aumentando considerablemente tanto el SMI como la edad de jubilación, pero no se han actualizado sus condiciones

A día de hoy, partiendo de los datos de 2006, el SMI se ha revalorizado en 593 € mensuales mientras que la asignación lo ha hecho en unos escasos 111,80 €; por otra parte, la edad de jubilación ha aumentado, estableciéndose para el año 2027 en los 67 años. Esto significará que durante los dos últimos años de la vida activa de un RED este dejará de percibir esa retribución no contributiva.

Evolución del Salario Mínimo Interprofesional entre 2006 y 2024

AÑO€ MESAÑO€ MES
2006540,902016655,20
2007570,602017707,70
2008600,002018735,90
2009624,002019900,00
2010633,302020950,00
2011641,402021965,00
2012641,4020221.000,00
2013645,3020231.080,00
2014645,3020241.134,00
2015648,60

Como se puede comprobar, ni el gobierno ni el ministerio de Defensa tienen en mente solucionar estas lógicas y justas reivindicaciones que se están planteando. Se hace necesario continuar buscando soluciones a estos problemas, bien a través de los representantes políticos o tomando medidas reivindicativas, como sigue haciendo la asociación ATME.

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