A punto de cumplirse veinte años de la edición de su primer álbum, Maika despliega toda su personalidad en un disco rico en matices e influencias que enriquecen su estilo único.
Maika Makovski está de vuelta. “Bunker Rococo” es el nuevo capítulo de una carrera llena de obras de arte, éxitos e inquietudes que conforman una especie de paleta cromática cada vez más original y completa.
“Bunker Rococo” ha sido producido por Ali Chant (Perfume Genius, Yard Act, Aldous Harding) en los estudios The Playpen de Bristol, UK. Es un disco que combina momentos de desnudez sonora con grandes arreglos de cuerda y viento, y sintetizadores y guitarras eléctricas con instrumentos clásicos. Compuesto y producido con un mimo exquisito y obsesivo. Hay crudeza e improvisación en un minuto pero también hay arreglos muy meditados a continuación. También hay ritmos macedonios que Maika ha integrado perfectamente en en sus propias composiciones.
El disco es una declaración de intenciones en sí mismo. Hay pocos temas que duren menos de cuatro minutos. Hay desarrollos clásicos dentro de estructuras pop, ritmos partidos, letras a veces incómodas, a veces crípticas; con todo esto, Maika busca mantener vivo su propio interés en su trabajo, pero también no infravalorar la inteligencia y capacidad de comprensión del público, aún sabiendo que la industria musical y la capacidad de atención del gran público viven un momento decadente. Precisamente por eso es un álbum importante, porque no se conforma ante una realidad que niega la complejidad y el matiz y sobre todo la maravillosa mecánica de la mente y sensibilidad humanas.
En el apartado de colaboraciones podemos encontrar a Donny McCaslin, saxofonista con una trayectoria abrumadora, colaborador. Colaborador de, entre otros, David Bowie. También encontramos al enorme Howe Gelb (Giant Sand) a quien Maika rescata por fin para un disco editado en este país. También encontramos al catalán Xarim Aresté, un viejo conocido en esta carrera de la que hablamos.
Un disco que llama la atención desde su primer single “Hunch Of The Century”, un single que sirve como carta de presentación de un disco del que Maika comenta:
«Para este disco me he exigido mucho y he descartado mucho. Creo que dentro de cada canción y sobre todo con las canciones del disco en conjunto, hay un trabajo de equilibrio importante: la crudeza convive con la riqueza, la sencillez con una cierta épica, el clasicismo con la rotura.
Quería que lo sintético y lo orgánico, lo contemporáneo y lo clásico, funcionaran juntos, y que las canciones no se vieran azuzadas por la manera impaciente de consumir música que tenemos- me interesaba más bien que alcanzaran su potencial y fueran a donde querían ir sin mirar el reloj.
He podido finalmente incorporar ritmos étnicos macedonios en mi música de una manera natural y personal, algo que deseaba desde que entré en contacto con la música del país de mi padre.
La idea de encerrarme para crear es de la que nace el título Bunker Rococo: el búnker es ese espacio de protección frente al enorme ruido de fuera que a veces parece no dejarte ni oír tu propia voz. La música es el rococó: lo vivo, loco, fantasioso y juguetón, a veces extravagante, que nace de ese encierro. El título tiene otras connotaciones para mí, pero ya habrá tiempo de hablar de ello!».
Pero no hablemos más sobre música. Escuchen el disco. Una auténtica delicia que es, desde ya, uno de los discos del año en nuestro país. Escuchenlo pero antes les dejamos con las palabras del siempre sabio Alfred Crespo.
“¿Cómo aislarte de lo que te rodea para mantener la pureza y, al minuto siguiente, provocar una onda expansiva que alcance a todo aquel que se muestre dispuesto a captar tus sentimientos? La carrera de Maika Makovski tiene tanto de búsqueda interior como de conexión emocional o física con los oyentes de sus canciones. Y siempre escogiendo el camino menos obvio, saltándose las normas básicas del negocio. Tras levitar en ropa interior en su último álbum, MKMK (2021), se ha encerrado en el Bunker que da título a su nuevo disco para construir, pieza a pieza, una nueva y excitante colección de canciones.
No es un Bunker cualquiera, por descontado. Es Rococó y pop, es oscuro y luminoso, introspectivo e ideal para buscar el contacto directo. Todo lo que es Maika, su universo sonoro, captado a la perfección y listo para ser degustado. Engendrado rodeado de las brisas mallorquinas y capturado en Brixtol junto a los sabios consejos de Ali Chant, con quien produce este trabajo, Bunker Rococó tiene mucho de visceral y pasajes con reminiscencias clásicas, guitarras eléctricas, teclados y arreglos de cuerda. Creado junto a un reducido grupo de colaboradores, que entienden las claves internas de las estructuras de los temas surgidos de su siempre inquieta mente, léase Juan Berbin (baterías y percusiones) y Bobbi Relac (guitarras, bajos), Maika Makovski se encarga de dirigir su inmersión en un laberinto del que, ella sí, conoce las puertas de entrada y salida. Un viaje enriquecedor, en el que inesperadamente aparecen Xarim Aresté, Howe Gelb, casi un alma gemela, o Aleix Puig y su violín, imprescindibles junto al Quartet Brossa. Maika se ha ido reencontrando con viejos camaradas, con almas libres como la suya, y si el primer sencillo “Hunch of the century” impacta tanto por su valor estrictamente musical como por su imagen (visionen su clip, otra pequeña obra maestra), el resto no le va a la zaga. “My head is a vampire”, canta en una de las más preciosas partes del disco, “Exotic ingredients” se titula otra de las canciones, se muestra épica, teatral en “AI”, crepuscular en “Brotherhood” o fascinante en “B series”. Y se despide con una breve “The doors” que demuestra, de nuevo, que los designios de Maika son indescifrables, pero que hay que saborear a tragos cortos todas y cada una de sus obras. Quizás no indicada para todos los públicos. Si lo fuera, no sería suya. Súmate al viaje que te propone…”