@jsuarez02111977
Dieciséis años. Dieciséis años subiendo a un taxi cada día en esta ciudad, viviendo cada tramo, cada curva, cada conversación. No soy un cliente más. No soy uno de esos que se suben, pagan y se van. No. Yo soy uno de ellos. Un pasajero frecuente, un conocido más entre todas esas licencias que circulan por las calles de esta ciudad. Y cada vez que me subo a un taxi, no subo a un coche. Subo a un trozo de vida de alguien, que con sus manos en el volante, siempre me ayuda a alcanzar mi próximo destino.
RadioTaxi no es solo un nombre. Es parte del alma de la ciudad, es la emisora que realmente sabe lo que significa moverse por estas calles. Y no lo digo por moda ni por quedar bien, lo digo porque lo he vivido. He estado en esos asientos, he escuchado esas historias, he conocido esas voces que, al principio, eran desconocidas, pero que con el tiempo se han convertido en parte de mi día a día. Ellos no son taxistas. Son compañeros de ruta, son familia. Y son los que me han echado una mano cuando lo he necesitado, los que me han visto y han sabido, sin que lo dijera, que necesitaba algo más que un simple viaje.
He visto a estos tipos hacer malabares para conseguir que te sientas bien, para que el trayecto no sea solo un trayecto, sino un refugio. Que no te sientas un extraño en tu propia ciudad. Me han escuchado, han compartido un par de palabras en silencio, me han dado consejos, me han hecho reír, me han sacado de un apuro. Y lo han hecho sin esperar nada a cambio. ¿Por qué? Porque ellos entienden lo que significa vivir aquí, conocer cada esquina de esta ciudad y cada historia que se esconde detrás de un volante. Son los que conocen los atascos, las rutas alternativas, los secretos de la ciudad. Y son los que, aunque te ven correr con prisa, se toman el tiempo para hablar contigo como si fueras uno más, como si fueras parte de esta jodida familia.
Y todo esto, todo este agradecimiento, no es algo que me caiga del cielo. He vivido con ellos, he compartido mi tiempo, mis días, mis dudas. Ellos me conocen, no porque me hayan pedido permiso, sino porque cada uno de ellos es una pieza fundamental en esta ciudad. Y sí, lo reconozco: cuando subo a un taxi y escucho el saludo, cuando me ven y bajan del coche para ayudarme o simplemente para darme un gesto de cariño, sé que no es algo automático. Sé que no lo hacen porque tengan que hacerlo, lo hacen porque somos parte de algo más grande. Porque este jodido viaje, a veces largo y cansado, no sería lo mismo sin ellos.
Y esta historia no es la historia de un tipo que toma un taxi y paga una tarifa. Esta es la historia de alguien que, después de tanto tiempo, ha aprendido que lo más valioso en la vida no son los trayectos, ni los destinos, ni las prisas. Lo más valioso son las personas que están a tu lado, las que hacen que lo cotidiano tenga algo de humano, de cercano. Y esos tipos, esos taxistas, son mi familia. Y RadioTaxi, la emisora que nunca descansa, nunca me ha dejado solo.
Por todo eso, y por mucho más, mi agradecimiento es infinito. Porque no se trata de ser solo un pasajero. Se trata de entender que el tiempo, los viajes, las calles de esta ciudad, los marcamos todos. Y si algo tengo claro, es que siempre voy a estar agradecido por todos esos momentos, esos saludos, esos gestos. Porque, a fin de cuentas, son ellos los que me han ayudado a moverme en todos estos años.
Independentemente da experiencia de cada quen, A Coruña ten un serio problema cos taxis porque non pode ser que sexa un problema lograr un taxi porque demasiadas veces Radio Taxi e Tele Taxi non resolven algo elemental. E resulta evidente que nen as patronais dos taxis nen o Goberno Municipal nen a Xunta queren resolvelo por intereses enfrontados.