La II República en Marín: El silencio institucional habla

El próximo 14 de abril, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Marín celebra el 94º aniversario de la proclamación de la Segunda República Española con un acto cargado de simbolismo, pero marcado por la ausencia de apoyo institucional. En los jardines contiguos al Concello de Marín, frente a la Pedra da Liberdade, decenas de personas se reunieran para honrar un periodo histórico clave para la democracia española. Sin embargo, el evento evidencia una vez más lo que sus organizadores denuncian como una falta crónica de compromiso por parte de la Xunta de Galicia y el Partido Popular (PP), fuerzas políticas que, según críticos, han eludido sistemáticamente respaldar iniciativas vinculadas a la memoria republicana.

Un acto de resistencia civil

El acto, organizado como cada año por la ARMH de Marín, incluye una ofrenda floral, intervenciones de miembros de la asociación como José Luís Pallín, Queta Molas y Xulio Pardellas, así como recitales de poemas a cargo de Aarón Franco y actuaciones musicales de Andrés Pena. La cita no solo busca recordar los valores de libertad, igualdad y justicia social que encarnó la República (1931-1939), sino también reivindicar la necesidad de rescatar del olvido a las víctimas de la represión franquista.

Sin embargo, detrás de la solemnidad del homenaje se esconde una realidad incómoda: la indiferencia de las instituciones gallegas. Ni representantes de la Xunta ni miembros del PP —partido que gobierna tanto en Galicia como en el Concello de Marín— se hicieron presentes. Esta ausencia no es anecdótica, sino sintomática de una tendencia más amplia.

La Memoria Histórica: Una asignatura pendiente en Galicia

Galicia, comunidad que vivió con crudeza la represión tras el golpe de Estado de 1936, sigue siendo una de las regiones donde la aplicación de la Ley de Memoria Histórica (2007 y 2022) avanza con lentitud. Organizaciones como la ARMH llevan años denunciando la falta de recursos públicos para exhumar fosas comunes, identificar víctimas o promover pedagogía democrática. En este contexto, la desatención a actos como el de Marín se interpreta como un gesto político.

“Es una paradoja que quienes administran las instituciones democráticas ignoren a quienes defendieron esos mismos valores frente al fascismo”, señala Xulio Pardellas durante el último acto. José Luís Pallín, por su parte, recalcaba que “la memoria no es patrimonio de un bando, sino un derecho de toda la sociedad”. Las palabras de los ponentes subrayaron un malestar extendido: la percepción de que la Xunta y el PP priorizan una visión de la historia que soslaya el legado republicano y su relevancia contemporánea.

El PP y la Xunta: Entre el silencio y la oposición

El Partido Popular, tanto a nivel estatal como autonómico, ha mantenido una posición ambivalente frente a la memoria histórica. En Galicia, donde gobierna desde 2009 bajo el liderazgo del herederod e Feijoo,  Alfonso Rueda, las políticas de memoria han sido mínimas, y en ocasiones abiertamente contestadas. Ejemplo de ello fue el veto en 2022 a una proposición no de ley para crear un banco de ADN de víctimas del franquismo, una iniciativa impulsada por la oposición.

Esta actitud contrasta con la de otras comunidades, como Andalucía o Extremadura, donde gobiernos del PP han participado en actos de homenaje a represaliados, aunque de forma puntual. En Galicia, sin embargo, el relato oficial parece anclado en una suerte de neutralidad que, para muchos, equivale a complicidad con el olvido.

¿Por qué Importa el 14 de abril?

La Segunda República no fue solo un régimen político, sino un proyecto transformador que impulsó avances en educación, derechos laborales y equidad de género, muchos de ellos truncados por la Guerra Civil. Su conmemoración, lejos de ser un ejercicio nostálgico, es una oportunidad para reflexionar sobre los valores que sustentan la democracia actual.

La falta de apoyo institucional a estos actos envía un mensaje preocupante: que ciertas páginas de la historia siguen siendo incómodas para quienes detentan el poder. Como apuntó Queta Molas, “recordar la República no es revanchismo, es justicia. Y sin justicia no hay reconciliación posible”.

Memoria versus desidia

El acto en Marín demuestra una vez más, que la recuperación de la memoria histórica en Galicia depende casi exclusivamente de la sociedad civil. Mientras asociaciones como la ARMH trabajan con recursos limitados, las instituciones evaden su responsabilidad. Esta dinámica no solo afecta a las víctimas y sus familias, sino que debilita el tejido democrático.

En un momento en que la ultraderecha vuelve a cuestionar los consensos históricos en Europa, el apoyo a la memoria democrática debería ser transversal. La Xunta y el PP tienen la oportunidad —y la obligación— de corregir su rumbo. Como escribió Aarón Franco en uno de los poemas leídos durante el homenaje: “La libertad no se mendiga, se construye”. Y construirla exige, ante todo, no olvidar.

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