El RC Deportivo se está convirtiendo en un pueblo Potemkin, muy bonito la fachada, pero el interior es de cartón piedra. Hoy se despedía Irene Ferreras, al igual que hizo Imanol, se «olvidó» de mencionar al director general, Máximo A. Benassi en su despedida. Se visibilizó el desencuentro entre el banquillo del Depor Abanca y los gestores de Plaza Pontevedra, que había anunciado 21 noticias.
El Consejero Delegado, salvo que su cuenta de Instagram sea «pirata» la cual debería haber denunciado y haberlo anunciado públicamente para que no hubiese confusiones, doy como válida que es la cuenta del Sr. Benassi. Benassi le dio «me gusta» al despido de Irene Ferrera, en una red social del RC Deportivo, que anunciaba el «cese» de la entrenadora del Dépor Abanca. Es normal que le guste el despido de la entrenadora, sea su red o no, porque el que firma el despido es el Director General, pero hacerlo con tanto descaro es propio de un habitante de un pueblo Potemkin. El trabajo lo tendrá ahora el DIRCOM, su teléfono echará humo llamando a los periodistas diciéndoles, que no es la cuenta de Benassi. Una cuenta para un cuento y un móvil para una milonga.
El RC Deportivo de La Coruña no es el juego de Monopoly, aunque pueda parecerlo para quienes, con sus actitudes fuera de contexto y falta de seriedad, campan en praderas celestiales sin ataduras. Pese a quien pese, el RC Deportivo de La Coruña es un Club señor con una afición de diez. Tonterías las justas.