La salud de una empresa es la salud de su caja. Por muy bien que realicemos nuestra actividad, el descuadre en los números puede condenar a un negocio sobresaliente en otros aspectos. Así, las cajas y cajones que automatizan la gestión del dinero optimizan el manejo de un efectivo cada vez menos habitual
Acostumbran a decir los gallego que “la vaquiña por lo que vale” como muestra de que, en última instancia, las transacciones económicas y la eficiente y eficaz contabilidad resultan claves para la vida y salud de un negocio. Es decir, por muy buena que resulte nuestra actividad económica, nuestro servicio o muy bien concebida que esté nuestra empresa, la deficiente o negativa gestión de la caja puede o seguramente acabará por ser una sentencia de muerte.
Una de las consecuencias más directas y evidentes de la pandemia pasa por la progresiva desaparición de la gestión del dinero en efectivo. Ello es, cada vez estamos menos acostumbrados a pagar, recibir y dar cambio con billetes, monedas o usar la caprichosa calderilla. También por ello se antoja necesaria la presencia de un cajón inteligente.
Se trata de una máquina cuyo hardware y software están pensados para la gestión del dinero en efectivo de una forma eficiente y segura. Evita descuadres de caja, el contacto con el dinero y evita robos y billetes falsos. Se trata de seguridad para nuestro efectivo, permite una gestión eficaz de la caja y sin descuadres, se auto abastece, permite el control remoto y una máxima seguridad. Por otra parte, la caja inteligente es modular y escalable, higiénica y se integra con nuestro software.
Una caja registradora automática, o caja de cobro automática, resulta por su parte un dispositivo que automatiza la gestión del dinero en efectivo de tu negocio y vela por su seguridad y control. Una de las premisas principales en aquellos que se han decantado por ella pasa por aumentar la seguridad del dinero.
Es decir, estará protegido contra robo y dispone de retardo de apertura. Acaba con los descuadres de caja, ya que al ser automática el cierre se hace más sencillo y ahorra tiempo y dolores de cabeza.
Es humano el errar, y más al contar. Con la caja registradora automática se acabarán los errores en el manejo de efectivo. Podremos controlarla desde el móvil, mejorar la atención al cliente y aumentar las ventas. Pero sobre todo, y en tiempos digitales, hará que no nos quedemos sin cambio.