¿Repetición de Elecciones en Navarra?

por Germán Gorraiz López
Analista
Navarra sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1981, en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron «invitados» a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España, pasando Navarra desde entonces a ser considerada «cuestión de Estado», por lo que cualquier cambio institucional que se pueda producir en el viejo Reyno foral deberá contar siempre con el visto bueno del establishment español.

Planea la sombra del Agostazo?
La noche del 5 de julio del 2007, tras el acuerdo provisional alcanzado entre PSN, Nabai e IU que contaba con la aprobación casi unánime del Comité Regional del PSN (104 votos favorables y uno en contra) y las bendiciones del propio Zapatero, la sociedad navarra se durmió en la creencia de que amanecería con un ‘Gobierno de Progreso’ que finiquitara el atavismo navarrista de los sucesivos gobiernos de UPN.
Sin embargo, tras la llamada urgente de Jaime Ignacio del Burgo al Secretario de Organización del PSOE José Blanco, en la que le recordó «el acuerdo tácito alcanzado tras el Tejerazo»,  el
PSOE nacional desautorizó dicho Pacto y ordenó a los socialistas navarros que se abstuvieran en la votación para permitir que el candidato navarrista de UPN, Miguel Sanz fuera investido Presidente de Navarra, episodio que pasó a la historia como «el agostazo» y que podría repetirse con Chivite.
Hacia la Teoría del Quesito 2.0
La reedición del Gobierno Progresista de María Chivite, integrado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin y con el apoyo externo de EH Bildu sería una utopía factible pero debido a la presión del establishment españolista, estaría en vías de descarrilar y desembocar en la repetición de Elecciones en otoño.
La premisa de Chivite al iniciar los preliminares se basaba en la creencia de que el resto de partidos progresistas » apoyarían sin fisuras al PSN para evitar el Gobierno navarrista de UPN». Sin embargo, los otrora socios del Gobierno de Chivite, PSN y Geroa Bai, estarían sumidos en una crisis soterrada debido a la desconfianza mutua tras la entrega por el PSN a la derecha navarrista de UPN de las alcaldías de Pamplona y Estella.
Ello provocó un amargo resquemor entre los concejales del restos de partidos progresistas, quienes habrían exigido la presentación de mociones de censura en Iruña y Lizarra para sustituir a los alcaldes navarristas de UPN por candidatos de fuerzas progresistas,  propuesta que no sería de recibo para un PSN especialista en jugar a dos bandas.
Así, el PSN ya habría pactado con UPN la abstención del diputado navarrista en el Congreso en una futura sesión de investidura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno a cambio de la no presentación de mociones de censura en Estella y Pamplona por el PSN así como asegurar el apoyo externo del grupo parlamentario de Esparza a un Gobierno monocolor de Chivite.
Para ello, alegando un reparto de Consejerías proporcional a los resultados de las últimas elecciones, el PSN pretende controlar en exclusiva la gestión económica de las prometidas ayudas de la Unión Europea así como el resto de Consejerías claves, dejando solamente a Geroa Bai  3 consejerías secundarias. Visto el enquistamiento de PSN y Geroa en las conversaciones preliminares, Bildu habría ofertado sus escaños » sin contrapartidas ni líneas rojas» para facilitar la investidura de Sánchez. Sin embargo, Chivite habría recibido instrucciones de Santos Cerdán para «renunciar expresamente a todo atisbo de dependencia política con Bildu, (sea en forma de apoyo expreso o abstención activa)», fruto asimismo de las presiones del Estado Profundo tardofranquista.
El objetivo último de la estrategia del PSN sería provocar la retirada de Geroa Bai de las negociaciones para conformar un nuevo Gobierno progresista y hacerle responsable posteriormente de la repetición de Elecciones forales en la certeza de que saldrá fortalecido de una nueva convocatoria electoral.
Caso de confirmarse su victoria en una hipotética repetición electoral, la estrategia del PSN sería conformar un Gobierno monocolor que contaría con el apoyo externo de UPN en temas identitarios y lingüísticos y de Contigo -Zurekin en temas sociales y de fiscalidad. Dicho Ejecutivo procederá a la revitalización de las obras del TAV y del Canal de Navarra, a la aprobación de una nueva Ley del Euskera similar en sus términos restrictivos a la vigente en los Gobiernos de Sanz y Barcina así como a la concesión de la Carta de Capitalidad a Pamplona y Tudela, reeditando en la práctica la Teoría del Quesito y condenando al ostracismo a Geroa Bai y EH Bildu.
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