El letrero de uno de los conos que sustituía al personal ausente figuraba, junto a los datos personales, el dato médico de «baja psicológica»
Ciertas unidades de Melilla parecen tener un continuo problema con las bajas médicas, más concretamente con los militares que deben cogerlas, como ATME ya ha puesto en conocimiento del ministerio de Defensa en diversas ocasiones.
El último suceso al que ha tenido conocimiento ATME ha sido en el Tercio «Gran Capitán» 1 de la Legión (Melilla), donde, en una revista operativa realizada el 11 de mayo, pensaron que sería bueno sustituir a los militares que faltaban mediante un cono, donde al lado se colocaba un cartel en el que figuraba el nombre y apellido del ausente, el puesto táctico ocupado y el motivo de la ausencia.
Algo que a priori pudiera parecer anecdótico, perdía esa condición cuando se ponía que el motivo era una baja médica producida por cuestiones psicológicas.
Esto, a juicio de la Asociación, podría atentar contra el derecho fundamental a la intimidad de las personas y a la confidencialidad y protección de sus datos de carácter médico, a los que todo ciudadano tiene derecho.
La protección de datos sanitarios debe ser una obligación fundamental para cualquier centro sanitario, público o privado, entendiéndose como tal los servicios médicos de las Bases y Acuartelamientos, así como aquellos mandos militares que tienen acceso a ellos.
La unidad, en este caso, no solo estaba dando a conocer que un militar se encontraba de baja médica, sino que especificaba la motivación (Baja Psicológica) que es una situación altamente delicada. Se desconoce si con ello se pretendía buscar la desaprobación y rechazo del resto de compañeros de los afectados o era simplemente era un medio de mostrar el desagrado que esta situación producía a la jefatura de la unidad.
Este tipo de actuaciones no pueden ser ignoradas, sobre todo por el miedo de los afectados a dar parte de ellas ya que esto podría tener consecuencias negativas para el desarrollo de su trayectoria militar, por lo cual ATME no se cansará, como en este caso, de trasladar al ministerio de Defensa estas actuaciones que podrían vulnerar el régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas y la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales.