Tras la amnistía, la hora de la Justicia

por Naty Carracedo

Cocinada a fuego lento y llena de incógnitas, la más que probable ley de amnistía sobre delitos graves o muy graves acontecidos en Cataluña que el Congreso aprobará supuestamente antes de final de año, la norma deberá someterse a la Justicia, en este caso al Supremo y al Tribunal Constitucional.

Si se consuma el desafuero exigido por el chulapón de Waterloo y ERC al poltronero Sánchez para investirle, la cosa no acabará ahí. Independientemente de cuestiones legales de las que ahora hablaremos, la proyectada norma supone la descalificación definitiva de la obra de la generación de políticos que protagonizó la Transición y que alumbró la Constitución de 1978. Esa amnistía supondrá el mayor ataque al espíritu y la letra de una Carta Magna cometido por cualquier legislativo desde la reinstauración de la democracia.

El gran pecado del presidente en funciones, aparte de ser un mentiroso patológico, es el de ser un perenne jugador ventajista. 

Si el jefe del ejecutivo cree que es necesaria una amnistía, referéndums de autodeterminación, el acercamiento y posterior liberación progresiva de etarras y otras ideas de bombero, debería plantearlo a los españoles antes de unos comicios que perdió, no a posteriori, condicionado por sus ansias irrefrenables de poder que le llevan y le llevarán a hacer lo que sea, cuándo sea y cómo sea.

Hagamos algo política ficción y vayamos a cuestiones leguleyas. El Pleno del Tribunal Supremo lo constituyen el Presidente, los Presidentes de Sala y todos los magistrados que forman parte del citado Tribunal, así como el Fiscal o su representante para conocer en determinados asuntos de especial importancia, en total 81 personas.

Una servidora apuesta a que inmediatamente aprobada la norma que salvará a PUIGDEMONT y a toda su patulea, este pleno de jueces, que echan espumarajos por la boca contra Sánchez (cuál niña del Exorcista) se reunirá y planteará una cuestión de constitucionalidad que debería paralizar temporalmente la aplicación de la amnistía.

A partir de ahí deberá pronunciarse el TC en una fecha no cercana.

Hasta entonces, con un estado humillado ante un prófugo de la Justicia que parece que se va a salir con la suya, se atisba una legislatura convulsa, llena de tensiones e incertidumbres. Lo ideal para una época con el gasoil a 2 euros, el litro de aceite a 10 y una inflación disparada.

Tranquilos, el año próximo un ex terrorista puede llegar a ser lendakari, lo peor tal vez esté por llegar a medio y largo plazo.

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