Un nuevo informe de Save the Children revela que dos de cada cinco niños y niñas -4,5 millones- no van a la escuela
Tras nueve años de conflicto en Yemen, dos de cada cinco niños y niñas, es decir, 4,5 millones, no van a la escuela, y los desplazados tienen el doble de probabilidades de abandonarla que sus compañeros, según un nuevo informe de Save the Children.
El informe, titulado «Pendiendo de un hilo: La lucha de la infancia yemení por la educación» revela que un tercio de las familias encuestadas en Yemen tienen al menos un hijo o hija que ha abandonado la escuela en los últimos dos años, a pesar de la tregua mediada por la ONU que entró en vigor en 2022.
Aunque la tregua expiró oficialmente en octubre de 2022, las partes han seguido respetando sus elementos fundamentales y no se han reavivado los combates a gran escala. Sin embargo, aunque el número de víctimas ha disminuido, tres cuartas partes de los estudiantes (76%) declaran que su sensación de seguridad no ha aumentado, y el 14% de las familias citan la violencia como causa directa del abandono escolar.
La violencia continua y el colapso de la economía en Yemen ha empujado a dos tercios de la población por debajo del umbral de pobreza y han desplazado a unos 4,5 millones de personas, el 14% de la población, la mayoría de las cuales se han visto desplazadas varias veces.
El análisis de Save the Children muestra que los niños y niñas desplazados son dos veces más vulnerables al abandono escolar, y aunque el regreso a la zona de origen reduce la vulnerabilidad de los desplazados internos al abandono escolar en un 20%, la inseguridad constante impide su capacidad para regresar a casa.
Las tasas escolares mensuales y el coste de los libros de texto están poniendo la educación fuera del alcance de muchos, y el 20% de las familias afirman que son inasequibles. Más del 44% de los cuidadores y niños encuestados dijeron que la necesidad de apoyar la generación de ingresos de su familia era una de las principales razones del abandono escolar. Hani, de 48 años, es profesor y se vio obligado a retirar de la escuela a dos de sus cuatro hijas debido al elevado coste: «Los gastos escolares de cada niña pueden alcanzar más del 25% de mi salario. Mi sueldo es de 76.300 riyales (unos 46 dólares), y eso no basta ni para cubrir la comida que necesitamos».
La cesta mínima de alimentos -la cantidad necesaria para mantener a una familia de siete miembros durante un mes- cuesta 85 dólares de media en Yemen.
Rami, un niño de 12 años, cuenta que tuvo que abandonar la escuela para mantener a su familia: «¿Cómo puedo ir a la escuela cuando sé que no podemos cubrir nuestros gastos y mis hermanos necesitan comida? Debo dejar la escuela y trabajar».
Mohamed Mannaa, director interino de Save the Children en Yemen, declara: «Nueve años después de este conflicto olvidado, nos enfrentamos a una emergencia educativa como nunca antes. Nuestros últimos hallazgos deben ser una llamada de atención y debemos actuar ahora para proteger a estos niños y niñas y su futuro. Aunque la tregua redujo parte de la violencia, no ha traído nunca la estabilidad que las familias necesitan desesperadamente para reconstruir sus vidas. Por encima de todo, las familias de Yemen necesitan un alto el fuego oficial; sin él, las familias se quedan en el limbo». Y añade: «No podemos permitir que la infancia de Yemen, que sólo anhela seguridad y la oportunidad de aprender, pierda de vista un futuro lleno de posibilidades. Todos los niños y niñas de Yemen merecen crecer con seguridad, acceso a una educación de calidad y un horizonte lleno de promesas. Cuanto más esperemos, más difícil será lograr un impacto duradero».
El impacto de la crisis educativa sobre los niños y niñas yemeníes y su futuro es profundo. Sin una intervención inmediata, toda una generación corre el riesgo de quedarse atrás, con consecuencias a largo plazo para la recuperación y el desarrollo del país.