Fados y bacalao, gran combinación en Brasas SusiAlves

por Carlos Brea

Escritor y Cronista gastronómico

El fado es una interpretación musical de origen reciente del siglo XIX, que comenzó según las crónicas en las tabernas portuarias portuguesas y «casas de media puerta», que así se llamaban.
Fado en portugués significa destino en español y su música y letra evocan la nostalgia, la marginalidad, la transgresión, el amor y el desamor; y es propio de cantantes originarios en los barrios chinos portuenses, donde prostituta, hayas, marujos, boleiros y marialvas (personajes excarcelarios) concitaban reunión alrededor de vinos y canciones, aunque no solamente era gente del lumpen, sino que eran asiduos algunos aristócratas.

La historia del fado comienza con el conde de Vimioso y María Severa, que era una madama «cantareira» que regentaba un prostíbulo.
Era una historia de desamor, porque ni el conde podía llevar a su casa a María Severa, ni María Severa podía tener ilusión con el conde de Vimioso.
El fado se perpetuó por mor de la primera película portuguesa a partir de la novela A Severa, de Julio Dantas, publicada en 1901 y llevada al cine por la novela, en 1931, en una película dirigida por Leitao de Barros.
El fado se cantó en el carnaval portugués y de ahí se exportó al brasileiro; son versos cantados de fado cerrado en donde siempre es la misma tonalidad cambiando las LETRAS.
A partir de una tripulación de un barco que llegó al Puerto, unos guitarristas acompañaron a la fadista y a partir de ahí el fado siempre fue acompañado por guitarra y se popularizó en las verbenas y ferias populares gracias a que el micrófono eléctrico se inventó en 1925 y permitió el cante en público.


La historia del fado tiene concomitancia con los militares salazarstas que al ver que tenía profusión este cante regularon el caos del fado con un decreto ley que organiza este folklore, con licencias, derechos de autor, en donde ya no había lugar a la improvisación si no a más profesionalidad y pasa de la cantina al teatro, al cine y al musical durante la dictadura de Oliveira Salazar, que es la edad de oro del fado portugués, de 1940 a 1960, y se internacionalización, sobre todo en las colonias americanas, de Brasil y africanas y se crea el concurso en 1953 denominado La gran noche del fado, que subsiste hoy en día, ensamblando ya para siempre el régimen salazarista con Amalia Rodrígues una famosa precursora, en el nominado régimen del fado, yendo el éxito, como dije y escribí, a África y Brasil; en 1947, la película do fado Historia de una Cantareira narra la vida de Amalia Rodrígues -su máxima representante-, y hoy en día tenemos la suerte de oír a unos fadistas extraordinarios en el restaurante Brasa Susi Alves, que interpretan: José Manuel a la guitarra portuguesa, Joaquín Peralta al bajo, Antonio Morais a la viola de Faro, Ruy Cuiña fadista y la gran Sara Sousa fadista femenina. Y Anderson Quintiliano.

Todo bajo la excelente dirección de Susi Alves y el jefe cocinero Carlos Alves que regentan el negocio, que en todas las ocasiones a las que he asistido ha sido un gran éxito y han llenado el quórum del local, no quedando ni un sitio libre de cuyo éxito nos congratulamos y damos la exclusiva y primicia de que Brasas Susi Alves, en breve, se instalará en nuestro querido hermano y vecino Portugal en la localidad de Viana do Castelo, preciosa zona de playa, costa y gastronomía.

¡Viva el fado y el bacalao!

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