La asociación onubense “El Burrito Feliz” y el colectivo “Mujeres por Doñana” descubren, durante una patrulla rutinaria, como los operarios de la empresa que se encuentra llevando a cabo obras de mejora en el entorno de Hinojos-Doñana, señalan y protegen de las molestias, o destrucción, a una colonia de abejaruco europeo.
Es una calurosa mañana de principios de julio, y un equipo de la Asociación EBF-DOÑANA lleva a cabo una patrulla de observación con su vehículo en el entorno del Parque Nacional.
En esa labor de vigilancia de esta jornada, atraviesan una carretera cercana a la población de Hinojos-Huelva y al ver observar un nutrido grupo de maquinarias y vehículos de obra actuando sobre los laterales de la ruta, se inquietan por lo que ha podido pasar con la importante colonia de abejarucos-Merops Apiaster – de esa zona.
Estas coloridas aves, desde hace años. escogen las lindes de esta carretera para sacar adelante a sus polluelos en los nidos que, esforzadamente, los progenitores excavan en los laterales de tierra endurecida. Construyen túneles en los que llegan a desplazar hasta 6 kilos de tierra a pesar de su aspecto pequeño y frágil. Una vez lograda la hazaña, que deja agotadas a estas aves, llega el momento de poner, y empollar, hasta ocho huevos en el interior de las galerías.
En agosto el abejaruco volverá, una vez concluida su labor reproductora, a tierras africanas para regresar en la próxima primavera a buscar, normalmente, las mismas zonas de nidificación que utilizan año tras año. Y sabedores de ello, los equipo ecologistas de estas dos Asociaciones andaluzas, patrullan el entorno para observar la evolución y éxito de las nidadas.
Es por ello que les resulta preocupante el observar el inmenso volumen de las obras que se están llevando a cabo en la zona de nidificación. Preocupación que se transforma en alegría y satisfacción al comprobar, cuando llegan a la colonia de abejaruco, que los operarios del Grupo TRAGSA han señalado cuidadosamente con cinta visible cada uno de los nidos y que los polluelos se encuentran a salvo.
Y no solo eso, también los medioambientalistas observan que se han dado instrucciones a los operarios de niveladoras y desbrozadoras de cara a que se respete la zona de abejarucos, y así no afectar la acción reproductora de estas aves.
Para Cristina Mariño del colectivo ecologista “Mujeres por Doñana”, este gran esfuerzo de una empresa para preservar-sin intentar darse ningún tipo de publicidad- unos nidos de ave, constituye uno de los más bellos detalles que han podido observar después de dos años que “Mujeres por Doñana” lleva dedicándose, altruistamente y empleando su tiempo libre, a defender la vida y el futuro de la avifauna y bosques de esta zona.
En breve los colectivos ecologistas trasladaran a la Dirección de la empresa su felicitación, y muestran su esperanza en que otras corporaciones como TRAGSA, alcancen a comprender que la rentabilidad económica no está reñida con los sentimientos humanos, la defensa del medio ambiente y el desarrollo sostenible.En pocas jornadas los polluelos de abejaruco estarán surcando los cielos, felices y ajenos a que han podido sobrevivir gracias a, lo que Cristina Mariño define como una acción ejemplar y verdadera de “Economía Azul”.
Foto portada: David Ojeda