JUCIL, la asociación profesional mayoritaria en la Guardia Civil, ha presentado un nuevo escrito dirigido a la Directora General del cuerpo, Mercedes González, tras el trágico fallecimiento de un agente que se quitó la vida la semana pasada en su unidad de destino.
El guardia civil, a quien se le había retirado su arma reglamentaria por encontrarse de baja médica, accedió al armero durante una visita a su centro de trabajo y utilizó un arma de fuego para acabar con su vida. Este suceso ha generado una profunda preocupación en el seno de la asociación, que considera imprescindible revisar los protocolos de acceso y custodia del armamento oficial.
En su escrito, JUCIL recuerda que el Manual de Intervención Operativa de la Guardia Civil establece como primera y más importante norma de seguridad que “el arma es una herramienta peligrosa”, y que su uso correcto es responsabilidad individual de cada agente. El manual advierte, además, que un uso inadecuado o negligente puede conllevar graves consecuencias penales, civiles y disciplinarias.
Asimismo, el capítulo 20 del citado manual, dedicado a la seguridad con armas de fuego, fija como objetivos prioritarios:
- Dar a conocer las normas de seguridad en el uso general del arma.
- Promover buenas prácticas durante su limpieza.
- Garantizar una custodia adecuada del armamento.
En particular, el apartado 20.4, sobre “Seguridad durante la limpieza y custodia”, subraya que las armas adjudicadas están bajo la custodia del agente, quien es responsable de su pérdida, robo o mal uso si no se han tomado las medidas necesarias. Entre las pautas recomendadas se incluyen:
- Guardar el arma y el cargador por separado.
- Custodiar el arma en el lugar que reúna las mejores condiciones de seguridad posibles.
Con el objetivo de prevenir riesgos laborales y minimizar, en la medida de lo posible, los efectos de situaciones personales o profesionales adversas que puedan derivar en conductas autolíticas, JUCIL ha solicitado formalmente a la Dirección General de la Guardia Civil la adopción de medidas eficaces que refuercen el control y la custodia del armamento reglamentario.
Además, la asociación ha requerido un informe detallado sobre el estado actual de los armeros individuales en las unidades de la Benemérita. En concreto, solicita:
- Relación de unidades, por comandancias, que tienen instalados armeros individuales.
- Relación de unidades, por comandancias, que no disponen de armeros individuales.
- Información sobre la planificación y dotación presupuestaria, si existiera, para la adquisición e instalación de este tipo de armeros en las unidades, por comandancias.
No es la primera vez que JUCIL advierte sobre esta problemática. El 14 de marzo de 2019 ya presentó un escrito ante la Dirección General en el que solicitaba permitir a los agentes depositar su arma reglamentaria en los cuarteles que contasen con armeros, así como dotar de este recurso a aquellas unidades que carecieran de él, con el fin de garantizar la seguridad de los efectivos y sus familias. La respuesta fue entonces negativa, trasladando a los propios guardias la plena responsabilidad sobre la custodia del armamento.
Ante la última pérdida, JUCIL considera que es vital replantear decisiones pasadas y avanzar hacia una política de prevención más eficaz y verdaderamente humana dentro del cuerpo. Para ello, es imprescindible adoptar medidas firmes y coherentes que no solo refuercen la seguridad física de los agentes, sino que también protejan su bienestar emocional. Este enfoque requiere algo más que voluntad institucional: demanda transparencia, responsabilidad compartida y un compromiso real con la seguridad integral de quienes forman parte de la Guardia Civil.