Bomberos desalojando vecinos de viviendas anegadas, escenas de personas solicitando ayuda o calles colapsadas, llevan a diferentes colectivos a solicitar, por segunda vez, a la Consejería de Turismo de La Junta de Andalucía, que derogue por vía urgente, la normativa que obliga a los usuarios de pisos turísticos de Sevilla a alojarse en viviendas que quedan a merced de desastres, como los vividos en las últimas horas.
La idea de restringir el uso turístico de alojamientos a espacios situados exclusivamente en zonas inferiores de los edificios se ha topado con una especie de “crónica de una muerte anunciada”, y es que en 2024 el ecologista y promotor de iniciativas turísticas Luis Bejarano, solicitó, a través de un informe demoledor remitido a la Consejería de Turismo de La Junta, que dicha propuesta municipal, que precisaba del visto bueno y aval del Gobierno Autonómico, fuera desestimada ante la posibilidad de poder traducirse en situaciones de peligro para los turistas que, potencialmente, podrían exponerse a situaciones de ahogamiento, electrocución o ataques de ansiedad en el caso de que se produjera una Dana en la capital hispalense.
La detallada, y desarrollada, respuesta de la Consejería, a dicho informe, insistía en su confianza en la norma, y por lo tanto daba continuidad y aval institucional, a la solicitud del equipo del Alcalde José Luis Sanz.
Han bastado algunos meses, y la llegada de una borrasca devastadora a Sevilla, para volver a poner en tela de juicio lo idóneo de imponer a los usuarios el alojarse en viviendas que pueden resultar inundadas en caso de lluvias intensas, como las vividas solo hace unas jornadas.
115 LITROS POR METRO CUADRADO, UN RECORD HISTORICO QUE HA PROVOCADO EL CAOS EN LA CIUDAD.
La premonición, casi apocalíptica, de los informes de Bejarano, que no despertó ninguna inquietud en la propia Junta de Andalucía, ha parecido querer tomar recorrido en forma de los más de cien litros por metro cuadrado que, en solo unas horas han convertido a la capital hispalense en un escenario de calles inundadas, intervenciones de bomberos desalojando plantas bajas o garajes anegados.
Lo sucedido despierta la posibilidad de que la Consejería de Turismo vuelva a posicionarse y de que, finalmente, tome alguna nueva decisión en lo referido a la solicitud de derogar la norma. Es por ello que se ha vuelto a remitir un nuevo informe para exigir que, ante la situación generada por la Dana andaluza, la Consejería manifieste que decisiones va a tomar.


Según Luis Bejarano, “En un país de la Unión Europea, no es admisible condenar a las personas a vivir una situación de peligro innecesario, basándose en una normativa que resulta, cuanto menos, difícil de fundamentar”.
El promotor aconseja a la Junta que tome nota del “Caso Mazón” y que estudie las responsabilidades que asume, a nivel subsidiario, en el caso de accidentes, o incidentes, sufridos por turistas a los que se les impone el alquilar su alojamiento solo en las zonas bajas de los edificios.