Abstención en elecciones, instrumento para regeneración política. Por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

España ha sido en la mayoría de su devenir histórico un terreno propicio, nunca mejor dicho, para versiones filibusteras/trilero/políticas, sobre las cuales nos han estabulado plácidamente a contemplar con indiferencia determinados actos y situaciones supuestamente contrarias a mayor beneficio del País.

Esto no es nuevo, ¡no!, bastaría echar un vistazo atrás, tampoco mucho, para aseverar, que venimos sufriendo epidemias de “obtención de dinero fácil y corrupción”

Tal es la candidez política que nos han hecho atesorar, que hasta seríamos capaces de presentarnos en el mayor Casino del Mundo (Macao) con un billete de euro en la mano y preguntar ¿cuánto es el límite?

Las últimas diatribas vergonzantes contempladas en el Hemiciclo, sobre los cuales les supongo harto informados, así como sus vasos rebosantes, deberían suponer puntos de inflexión sobre nuestra clase política. Por ejemplo, probablemente una pregunta que nos hemos efectuado más de una vez ¿no merecemos algo mejor que organizaciones monolíticas y monopolizadoras de poderes en las cuales sus intereses particulares y de partidos políticos, priman sobre los ciudadanos?

Se nos vende el eufemismo de “regeneración democrática”, cuando la misma población se encuentra más que curtida en esas lides.

Cambien esa esa etiqueta por la de “regeneración política”, tanto en el Gobierno como en el Congreso, y observarán como avanza el País,

El autor se encuentra convencido de que cada Legislatura tiene su epidemia particular, siendo coincidentes en forma generalizada en la existencia de ciertos ingredientes que nunca fallan: Corrupción y Enriquecimiento Fácil e Injusto. (este último, ya desde la época de Alfonso X, El Sabio).

Como es sabido nada de esto es nuevo y nos toca con cada gobierno, pero se ha de reflexionar cuándo se llega al límite, y se estima que se viene sobrepasando con creces.

Al respecto venimos escribiendo desde hace tiempo sobre esta práctica política dominante, y que el antídoto en contra de lo anterior se encuentra en la abstención activa, entendida como postura de rechazo del electorado frente a un sistema político de inhibición y falta de garantías éticas.

Un ejemplo diáfano: cuando un elector elige no ejercer su derecho al voto se trata de que siente una preocupación recurrente. Ello puede deberse, entre otras, a una variedad de razones, como la falta de confianza en los partidos políticos o el descontento con el sistema político en general.

Como ante cualquier “Epidemia”, se considera poner en práctica un “tratamiento eficaz”, consistente para la misma en la abstención activa ante las urnas, motivada por la falta de regeneración de los políticos, suponiendo ello un simultáneo y claro mensaje del elector.

Existe un hecho incontrovertible y es que las cifras abstencionistas van en aumento significativamente.

  1. En Municipales 2023, el índice de abstención fue el 36.09%
  2. En europeas 2024, rozó el 51%.
  3. En Cataluña 2024, el 42%.
  4. En País Vasco 2024, 37,48%
  5. En Galicia 2024, 54 63% 
  6. En Andalucía,2023, 43,78

En concordancia con lo anterior, según IPSOS, los rechazos tomando como referencia el Eurobarómetro de junio 2023, último disponible, señalaba que la clase política lideraba la desconfianza en España con un 72%, y ministros y ministras con un 62%.

Esta cifra convierte a nuestro País en uno de los del mundo que menos se fía de sus políticos, y el cuarto de Europa por detrás de Polonia (75%), Rumanía (74%) y Hungría (73%).

Suponemos que, desde dicha fecha de barómetro, no sólo le habrá faltado recorrido si no que le habrán puesto, quizás como sumatorio, otro “adicional” en paralelo para que continue sumando.

Finalmente, dicho de forma coloquial, y por supuesto sin ánimo peyorativo, les aseguro que en ocasiones al autor le gustaría que el olvido actuara en su mente y se esfumaran muchas escenas de la actual vida política.

Por ejemplo, en determinados momentos tengo la sensación de que a mi alrededor surgen aromas de una especie de “tocomocho político”, fraude basado en la psicología y manipulación emocional de la víctima.

En conclusión, por un lado, dejemos actuar a los Jueces y a su leal saber y entender, y por otro, no estaría de más la convocatoria de Elecciones.

No se crean, tampoco confío en la Oposición, ya que recientemente lo vienen demostrando, pero al menos podría servir aquel proverbio chino de: “Siéntate a la puerta de tu casa y verás el cadáver de tu enemigo pasar», y, a la vez, entonar Actos de Contrición, según el Diccionario de la lengua española «Arrepentimiento de culpas cometidas»

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