Tras una visita de 17 días a Israel, la representante especial de la ONU sobre la violencia sexual en los conflicto matiza que esa información no significa que tenga “pruebas”. La funcionaria también visitó los territorios palestinos ocupados para escuchar acusaciones contra las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes sobre tratos inhumanos y violencia sexual
Tras una visita de 17 días a Israel, la representante especial de la ONU sobre la violencia sexual en los conflictos informó de que ella y un equipo de expertos habían encontrado «información clara y convincente» de que se habían cometido violaciones y torturas sexualizadas contra rehenes capturados durante los ataques del 7 de octubre.
No obstante, Pramila Patten matizó en rueda de prensa que su visita no era de carácter investigativo y que esa información no significa que tenga “pruebas”.
A preguntas de los periodistas, explicó que en su informe no hace una labor de contabilidad, porque para ella un solo caso de violencia sexual es más que suficiente, aunque sí dijo que “no haber encontrado nada” de lo que afirmaba el Gobierno de Israel cuando en su primera carta dijo que había habido “cientos sino miles de casos de brutales violaciones sexuales cometidas contra hombres, mujeres y niños”.
En un comunicado de prensa emitido junto con el informe, Patten añadió que también hay motivos razonables para creer que dicha violencia, que incluye otros «tratos crueles, inhumanos y degradantes», puede continuar contra quienes siguen retenidos por Hamás y otros extremistas en la Franja de Gaza.
El informe de su Oficina surgió de una visita oficial a Israel por invitación del Gobierno que incluyó una visita a Cisjordania ocupada, entre el 29 de enero y el 14 de febrero.
En el contexto del ataque coordinado por Hamás y otros grupos el 7 de octubre, el equipo de la misión de la ONU descubrió que hay motivos razonables para creer que se produjeron actos de violencia sexual relacionados con el conflicto en múltiples lugares, incluidas violaciones y violaciones colectivas en al menos tres lugares del sur de Israel.
El equipo también detectó un patrón de víctimas, en su mayoría mujeres, encontradas total o parcialmente desnudas, atadas y heridas de bala en múltiples lugares que «puede ser indicativo de algunas formas de violencia sexual».
En algunos lugares, la misión dijo que no pudo verificar los incidentes de violación denunciados.
Es posible que nunca se conozca el alcance real
El equipo de la ONU opina que el verdadero alcance de la violencia sexual cometida durante los ataques del 7 de octubre y sus secuelas podría «tardar meses o años en salir a la luz y es posible que nunca se conozca por completo», según el comunicado de prensa.
La misión, formada por Patten y nueve expertos, y que no tenía carácter de investigación, celebró 33 reuniones con representantes israelíes y examinó más de 5000 imágenes fotográficas y 50 horas de vídeo. Realizó 34 entrevistas confidenciales, entre ellas con supervivientes y testigos de los ataques del 7 de octubre, rehenes liberados, personal de primeros auxilios y otras personas.
El informe señala que las autoridades israelíes se han enfrentado a numerosas dificultades para recabar pruebas.
Acusaciones contra las fuerzas de seguridad y los colonos israelíes
El equipo también visitó Ramala, en el Territorio Palestino Ocupado, para conocer las opiniones y preocupaciones de funcionarios y representantes de la sociedad civil desde el 7 de octubre, que supuestamente implican a fuerzas de seguridad y colonos israelíes.
Patten escuchó las preocupaciones planteadas por el trato cruel, inhumano y degradante que reciben los palestinos detenidos, incluida la violencia sexual en forma de registros invasivos, amenazas de violación y desnudez forzada prolongada.
La información recopilada complementará la ya recabada por otros funcionarios de la ONU sobre denuncias de violencia sexual relacionada con el conflicto dentro de Gaza, para su posible inclusión en el informe anual del Secretario General sobre esta cuestión.
Recomendaciones iniciales
Las recomendaciones de la representante incluyen un llamamiento al gobierno israelí para que conceda pleno acceso a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y a la Comisión de Investigación independiente sobre el territorio ocupado, encargada por el Consejo de Derechos Humanos, «para llevar a cabo investigaciones independientes y completas sobre todas las presuntas violaciones», según el comunicado de prensa.
Pramila Patten pidió a Hamás que libere inmediata e incondicionalmente a todas las personas retenidas como rehenes y que garantice su protección, incluso frente a la violencia sexual.
Hizo un llamamiento a todos los organismos pertinentes y competentes para que lleven ante la justicia a todos los autores de violencia sexual, ofreciendo el pleno apoyo de su oficina para reforzar los esfuerzos nacionales.
También pidió que se apliquen las normas más estrictas de integridad de la información en la presentación de informes y el tratamiento de los casos de violencia sexual, como se señala en el comunicado de prensa, «habida cuenta de los riesgos de que la retórica incendiaria y los titulares sensacionalistas agraven las tensiones», junto con la presión mediática o política, que no harán sino agravar el trauma y la estigmatización de los supervivientes.
La representante especial se hizo eco del llamamiento del Secretario General en favor de un alto el fuego humanitario e instó a que cualquier acuerdo de alto el fuego reconozca la importancia de reconocer la violencia sexual como una cuestión clave y permita que se escuche a las comunidades afectadas.
Reiteró su profunda simpatía y solidaridad con todos los civiles afectados por la «brutal violencia en la región» desde el 7 de octubre.