La estructura salvará la diferencia de casi dos metros entre la cabeza del azud y el fondo del cauce a su pie.
Los trabajos para la rehabilitación del azud y Muíño de Olga, en el río Miño a su paso por la ciudad de Lugo, continúan cumpliendo los plazos previstos y, tras el minucioso traslado de miles de ejemplares de las especies _Potomida littoralis y Unio delphinus_, ahora se inicia el proceso de construcción de un paso de peces naturalizado que permita la migración de los peces a través del dique fluvial.
La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), organismo autónomo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha puesto en valor la eficacia del mecanismo, diseñado y simulado previamente mediante modelización hidráulica.
El paso de peces naturalizado proyectado, de 8 metros de ancho, salvará la diferencia de cota entre la cabeza del azud (362,40 m.) y el fondo del cauce a su pie (360,50 m.). El innovador sistema es conocido como «rampa de flujo ascendente» y está diseñado según los manuales y trabajos de investigación más novedosos en la disciplina, desarrollados por la E.T.S. Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid.
Truchas y bogas
Este tipo de estructura, se ha evolucionado y testado en los últimos años gracias a los trabajos desarrollados por grupos de investigación de Universidad Politécnica de Madrid , y presenta como principal ventaja sobre las escalas tradicionales de estanques sucesivos el hecho de proporcionar un gradiente de velocidades adecuado para permitir el paso de todas las clases de talla de las especies objetivo: la trucha común (_Salmo trutta_) y la boga (_Pseudochondrostoma duriense)._
Hay que tener en cuenta que los requerimientos migratorios de estas dos especies divergen. Mientras que el de la trucha común se da entre noviembre y febrero, el de la boga comienza en abril y se prolonga hasta finales de junio, siempre dependiendo de las condiciones ambientales.
La rampa de flujo ascendente que se va a comenzar a ejecutar en el azud de Acea de Olga permitirá además los movimientos de dispersión de otras especies con menores requerimientos migratorios, pero que pueden
estar presentes en el tramo. De igual modo, va a facilitar los movimientos en descenso, tan importantes como los de ascenso, pero a los que tradicionalmente se les ha otorgado menor atención.
Es por todo ello que desde la CHMS subrayan la importancia e idoneidad de la estructura. Su presidente, José Antonio Quiroga, afirma que «este sistema de migración de peces será una de las instalaciones más
eficientes de este tipo que se hayan hecho hasta ahora». Además, en base a los informes de los técnicos, destaca que la rampa será «extremadamente eficaz» y «facilitará el viaje por el curso del río tanto a los _’Usain Bolt’_ de los peces como a los más rezagados».
«Efecto llamada»
Los estudios previos recogen que para asegurar que el paso sea efectivo, este debe ser fácilmente identificable por los peces, para lo que hay que provocar un «efecto llamada» en la corriente principal, que en el caso del azud Acea de Olga se efectuará en su extremo superior, en la margen derecha del Miño. De este modo, para asegurar la eficiencia del paso, se ha diseñado su construcción aprovechando la zona de rotura
del azud.
En cuanto a sus características arquitectónicas, el paso de peces dispondrá de muros laterales de mampostería seca de pizarra, respetando el material y la tipología constructiva original del azud. Asimismo, estará distribuida mediante estanques sucesivos con separaciones transversales, realizadas con bolos de pizarra de gran tamaño, en zig-zag, con la pretensión de que las velocidades en las ventanas de paso no sean superiores a 2,00 m/s y faciliten el paso de los peces. El acabado del lecho de la escala de peces será realizada buscando la menor rugosidad de manera que se eviten daños por rozamiento a la ictiofauna.
Recinto seco en el río
La construcción del dispositivo de paso para la migración ictícola llega una vez se ha logrado crear un recinto aislado en el Miño, tras desviar el flujo de agua del cauce por la otra margen del río mediante ataguías ejecutadas con sacos de arena. Desde esta zona, a la que se accede a través de una rampa ejecutada con pedraplén para permitir el paso de maquinaria, se procederá al desarrollo de las obras, primero del paso de peces naturalizado y, a continuación, de rehabilitación del azud propiamente dicho.